lunes, 17 de febrero de 2014

Editorial Febrero 2014 GENTE DE EXITO

Gente de éxito sigue empeñado en que tu seas GENTE DE ÉXITO. Huntington Park, nuestra comunidad, Estados Unidos, el Mundo necesita urgentemente de líderes auténticos, honestos, íntegros y que sea cual sea la profesión o labor que desarrollen, lo hagan con pasión, y con todas esas características que un líder debe poseer. Para saber cuales son estas características, en esta edición entrevistamos a los personajes de uno de los programas de mas éxito en este momento en la radio hispana, “El bueno, la Mala y el Feo”. También le preguntamos a Jomary Goyso quien esta haciendo de las suyas en el programa “Nuestra Belleza Latina, y a Raul de Molina quien vino a los Angeles con buenas noticias. Sus entrevistas hacen parte de esta edición.

El líder se caracteriza por su visión a largo plazo, por adelantarse a los acontecimientos, por anticipar los problemas y detectar oportunidades mucho antes que los demás. El líder no se contenta con lo que hay, es una persona inconformista, creativa, que le gusta ir por delante. Es una persona de acción: que no sólo fija unos objetivos exigentes sino que lucha persistentemente por alcanzarlos, sin rendirse, lo que en última instancia constituye la clave de su éxito. El líder no se contenta con soñar, el líder quiere resultados. 

El líder sobresale sobre el resto del equipo, bien por su inteligencia, bien por su espíritu combativo, bien por la claridad de sus planteamientos, etc., o probablemente por una combinación de todo lo anterior. 

El líder no se amilana ante las dificultades; las metas que propone son difíciles (aunque no imposibles), hay que salvar muchos obstáculos, hay que convencer a mucha gente, pero el líder no se desalienta, está tan convencido de la importancia de las mismas que luchará por ellas, superando aquellos obstáculos que vayan surgiendo.
El Lider Contagia entusiasmo: el líder consigue entusiasmar a su equipo; ellos perciben que las metas que persigue el líder son positivas tanto para la empresa como para los empleados. El futuro que ofrece el líder es tan sugerente que merece la pena luchar por ello. 

El líder es un gran comunicador, habilidad que le va a permitir “vender” su visión, dar a conocer sus planes de manera sugerente, minimizar la resistencia y establecer acuerdos en la resolución de conflictos porque siempre habrá resistencia, conflictos y fracasos. Pero el líder es persuasivo; 


sabe presentar sus argumentos de forma que consigue ganar el apoyo de la organización. Sabe convertir un fracaso en una lección de éxito, una oposición en sugerencias para mejorar el plan y los conflictos, como fuente de unidad y para hacerse mas fuerte. Por eso el líder es un gran negociador: el líder es muy hábil negociando. La lucha por sus objetivos le exige negociar continuamente, tanto dentro de la empresa, como con clientes, proveedores, entidades financieras, accionistas, etc. El líder tiene capacidad de mando: el líder debe basar su liderazgo en el arte de la convicción, pero también tiene que ser capaz de utilizar su autoridad cuando sea necesario. El líder es una persona compresiva, pero no una persona blanda (los subordinados le perderían el respeto).

El líder no puede abusar del “ordeno y mando” ya que resulta imposible motivar a un equipo a base de autoritarismo, pero debe ser capaz de aplicar su autoridad sin temblarle el pulso en aquellas ocasiones que lo requieran.

El líder es carismático. El carisma es una habilidad natural para seducir y atraer a las personas, es auténtico magnetismo personal. El carisma permite ganarse al equipo, que se siente atraído por su líder. Y la gente se siente atraída es por la imagen, el carácter, los valores que la persona proyecta. No obstante, hay que señalar que es perfectamente posible un líder sin carisma.

Para una empresa es preferible tener un líder sin carisma con un alto sentido de la honestidad, que un líder carismático que utilice la organización en su propio beneficio. Unos elevados valores éticos son fundamentales para que el liderazgo se mantenga en el tiempo y no se trate de un simple “bluff” pasajero. el líder tiene que ser una persona de palabra: lo que promete lo cumple. El líder tiene que se coherente: el líder tiene que vivir aquello que predica. Si exige dedicación, él tiene que ser el primero; si habla de austeridad, él tiene que dar ejemplo; si demanda lealtad, él por delante. El líder predica principalmente con el ejemplo: no puede exigir algo a sus subordinados que él no cumple.

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