La creencia de que los bebés rollizos son más saludables quedó en el pasado. La obesidad y el sobrepeso en la infancia tienen severas repercusiones en la vida adulta, ya que afecta su salud física, emocional y desarrollo social.
El aumento de peso ocurre cuando hay un desequilibrio energético o calórico, es decir, la cantidad de energía que ingerimos, supera a las que gastamos; entonces el cuerpo almacena esas calorías en forma de grasa y si dicha acumulación se presenta excesivamente en proporción a la masa corporal, se llama obesidad.
n algunos casos estos padecimientos se deben a alteraciones genéticas o metabólicas, pero la razón principal está relacionada con los malos hábitos alimenticios y poca actividad física.
Generalmente, se considera que un niño lo padece si pesa por lo menos 10% más que el peso recomendado para su estatura y tipo de cuerpo.
Consecuencias de la obesidad y el sobrepeso infantil:
Físicas:
Diabetes tipo 2
Hipertensión arterial, causante de problemas del corazón y derrames cerebrales
Apnea
Asma
Alteraciones en la piel
Problemas ortopédicos
Emocionales:
Problemas de autoestima
Depresión
Autoimagen negativa respecto al cuerpo
Sociales:
Son discriminados
Tienden a ser víctimas de burlas y otro tipo de agresiones (bullying)
Tips para cuidarlo
Aliméntalo con leche materna los primeros seis meses. Además de proporcionarle una nutrición completa, previene el exceso de peso.
Fomenta buenos hábitos. Establece un horario y lugar para el momento de la comida y acostúmbralo desde pequeño a que coma todo tipo de alimentos saludables. Los expertos en nutrición coinciden en que la edad ideal para iniciar es durante los primeros dos años de vida.
Respeta cuando ya no quiera comer de lo contrario le enseñarás a seguir probando aunque ya no tenga hambre.
Déjalo que juegue, explore y haga ejercicio. Ayudarás a que su cuerpo queme calorías.
No le permitas ver demasiada televisión. La American Academy of Pediatrics recomienda que los niños menores de dos años no la vean por más de 1 o 2 horas diarias.
Llévalo al nutriólogo periódicamente para una revisión general y una adecuada orientación alimentaria.
Evita las críticas. Aunque es importante que sepa que debe bajar de peso, ayúdalo y evita juzgarlo, podrías dañar su autoestima.
Mantente al pendiente de su Índice de Masa Corporal.
Tú eres su mejor ejemplo. Todos en casa deben mantener una alimentación sana y modificar costumbres si es necesario.
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