Sin embargo, esta modalidad de viaje sigue siendo una de las más incomprendidas. Muchos la desdeñan a la vez que otros la adoran. La realidad está entre ambas posturas.
Mito Nº 1: es caro
Hay todo tipo de cruceros, desde los de muy bajo precio hasta los lujosos. Los defensores de esta forma de viajar alegan que los cruceros no exclusivos son lo más económico de la industria turística, una afirmación difícil de cuestionar.
Por ejemplo, navegar por el Caribe a borde de una embarcación de más de 1,000 pasajeros (Princess, Norwegian, Royal Caribbean, Celebrity, Holland America, Carnival) cuesta en promedio entre $120 y $250 la noche según cifras de 2012, valores que dependen de la estación, el camarote (interior, vista al mar, con balcón, etc.) y la distancia del recorrido. No hay que olvidar que esto incluye alojamiento, transporte, comidas y la mayoría de las actividades de a bordo.
Si realmente buscas una ganga, reserva un camarote interior: es aún más barato, tiene más espacio y pasarás todo tu tiempo libre analizando destinos o disfrutando de la embarcación; no importará que no tengas ventana ni terraza.
Mito Nº 2: no es para viajeros ‘verdaderos’
Los viajeros que tienen experiencia en recorrer el mundo por lo general desprecian viajar en cruceros. ¿No están llenos de jubilados que ahorran cada centavo para pasar cinco días llenándose la panza en el buffet y no les importa si están en Venecia o Las Vegas? No, no es así.
Los cruceros grandes que recorren los itinerarios clásicos del Caribe, el Mediterráneo, América del Sur, el Pacífico Sur y Alaska ofrecen a todos los pasajeros una ventaja estratégica inmensa: la habitación del hotel viaja con ellos. Sólo hay que desempacar una vez. Vuelas al puerto de embarque y después a tu casa desde el puerto de desembarque. Mientras el hotel flotante te lleva desde Barcelona a Monte Carlo, Roma, Grecia y Venecia, puedes cenar en la silenciosa atmósfera del salón comedor premium a la luz de las velas, en los restaurantes costeros o en la cafetería. Puedes holgazanear junto a la piscina bebiendo cerveza o inscribiéndote para ir de visita al Partenón en limusina privada. Los cruceros complacen a ambos tipos de viajeros.
Y no son todos estadounidenses. Los europeos abarrotan los itinerarios del Mediterráneo. Holland America es una empresa de los EE. UU. con sede en Seattle, pero los pasajeros estadounidenses en sus numerosos itinerarios por el Mediterráneo apenas llegan a la mitad. El resto son holandeses, británicos, rusos, polacos, mexicanos, brasileños, alemanes y de muchas otras nacionalidades. En el último viaje que hice, había gente de más de 27 países a bordo.
Mito Nº 3: las escalas son frívolas visitas ‘al vuelo’
Roma en un día. Una mañana en Dubrovnik. Mazatlán por la tarde. Cuatro horas en la Bahía de los Glaciares. ¿Cómo pueden llamar a esto visitar un lugar?
Es cierto que la mayoría de las escalas en los puertos son breves, de un día como máximo. Pero nadie dice que se trate de un estudio minucioso de la antigua Roma o de la desaparición de los glaciares por la actividad humana. Estas excursiones son simplemente para conocer un poco el lugar y, según el guía que a uno le toque en gracia, aprender mucho. Por ejemplo, yo no tenía idea de que parte de la razón por la cual desaparecieron los monumentos de la antigua Roma fue porque ‘reciclaron’ la piedra (otros constructores la robaron para volver a usarla).
Algunas líneas están comenzando a crear itinerarios que incluyen dos noches en un solo puerto, como Río de Janeiro o Hong Kong. Igual es poco tiempo, pero si no fuera por las escalas, la gran mayoría de los viajeros jamás visitaría esas ciudades.
Y en muchos puertos más pequeños, un día o menos es suficiente. Mi esposa y yo paseamos tres horas por Monte Carlo, tiempo que fue más que adecuado (lamentablemente, no nos cruzamos con James Bond).
Mito Nº 4: si quieres ver algo, es necesario que pagues excursiones caras
Por el contrario, en la mayoría de las escalas, la embarcación queda lo suficientemente cerca (ya sea en un muelle o por gabarra) como para que los pasajeros se muevan por su cuenta. Así es como conocí Sitka y Ketchikan, en Alaska; Nafplion, un precioso pueblito griego con callejones de adoquín; Corfu; Venecia; Ruse, en Bulgaria, y muchos otros lugares.
En otro puerto de Grecia, mi esposa y yo alquilamos un automóvil por $50 con una encantadora pareja británica y condujimos a Olimpia, el lugar de origen de los Juegos Olímpicos. Miramos cómo unos adolescentes holandeses corrían en la misma pista que usaban los antiguos griegos y luego almorzamos en un minúsculo pueblo sobre el cruce de dos carreteras. Una excursión similar nos habría costado $129 por persona.
Mito Nº 5: la comida de los cruceros es horrible
No, no es horrible. Las barras de ensaladas de los barcos de Holland America son excelentes. Las pizzas del Golden Princess de Princess están entre las mejores que existen. La mayoría de las líneas ofrecen buenas comidas con mesa y mantel sin cargo adicional, y con la nueva artimaña de pagar un recargo de $25 en los restaurantes premium, se puede disfrutar de una muy buena cena, como en Pinnacle Grill del Nieuw Amsterdam de Holland America. Las opciones van desde steak Diane (filet mignon en salsa) hasta bacalao negro ahumado.
Casi siempre hay una variedad aceptable de frutas en el desayuno; los sándwiches simples personalizados son un almuerzo tan bueno como el que uno podría comer en su propia cocina; los esfuerzos que hacen los chefs de cada crucero para representar la cocina local son dignos, cuando no un éxito formidable. En cruceros más chicos, como las maravillosas embarcaciones de American Safari Cruises que navegan por Alaska, Hawái y el Mar de Cortez, se pueden hacer pedidos y sugerencias individuales en persona al chef.
Mito Nº 6: la comida es fabulosa
No, esto tampoco es cierto.
Las comidas en los cruceros varían desde típicas de cafetería hasta muy buenas en los restaurantes premium, pero cuando digo ‘muy buenas’, no me refiero a primer nivel internacional. Sí, todas las líneas de cruceros han contratado a chefs reconocidos y ofrecen sus recetas en menús con relieve dorado. Pero las recetas por sí solas no alcanzan para que la comida sea excelente; además, la exigencia de reunir suministros y cocinar para 2,000 personas cada noche hace que a menudo las buenas intenciones no sean suficientes. Y en cuanto a los salones comedor principales, uno se encuentra con pechuga de pollo a la King o tocino demasiado cocido, que dejaron en un horno infrarrojo durante media hora. Esa es comida de cafetería. Y abunda. Aquellos que se muestran extasiados con la comida de los cruceros confunden cantidad con calidad.
Y algunos de los barcos más pequeños tienen otras prioridades, como el avistamiento de fauna marina o las aventuras en la naturaleza, que dejan en un segundo plano la cocina gourmet. Más allá de los tamaños y las buenas intenciones, la comida de crucero no se compara con la de un restaurante gourmet en tierra. Es buena, pero no excelente. ¡Y el café es malo sin excepción!
Mito Nº 7: ahora todas las embarcaciones son grandes
El sector de los cruceros se ha enamorado de las embarcaciones lo suficientemente grandes como para realizar invasiones a pequeña escala. Oasis of the Seas de Royal Caribbean navega con más de 6,000 pasajeros a bordo, está dividido en ‘barrios’ y ofrece actividades y entretenimientos que superan muy ampliamente a los de cualquier ciudad pequeña. Desplazarse por el agua en estos gigantes es como tomarse vacaciones en un gran complejo ‘todo incluido’ que además flota.
Pero hay una enorme variedad de alternativas. Es posible recorrer el Paso del Interior en Alaska con otros 2,000 pasajeros en un barco mediano y vivir una experiencia fabulosa. O navegar las aguas del sudeste de Alaska, ricas en fauna salvaje y rodeadas de hermosos paisajes, a bordo del M/V Northern Song, perteneciente a Alaska Sea Adventures de Dennis Rogers, que gracias a sus 84 pies de eslora llega a donde las embarcaciones grandes no pueden ir y cuyos itinerarios flexibles de una semana de duración permiten al capitán llevar a los pasajeros a donde haya mejor tiempo, donde está la fauna salvaje más atractiva y donde se pueden ver los mejores paisajes.
Mito Nº 8: Me encantaría viajar en crucero, pero me asusta el océano
Muy bien, toma un crucero por río. Hay embarcaciones de río, que son largas, bajas y muy maniobrables, que navegan muchos de los grandes cursos de agua del mundo, desde China hasta América del Sur y el Noroeste del Pacífico.
Pero la capital mundial de los cruceros de río es Europa, donde cientos de embarcaciones surcan el Danubio y el Rin (Uniworld y Viking son las empresas más grandes que operan en los ríos europeos). Estas travesías dan a los viajeros la oportunidad de ver una vasta extensión del continente, desde el Mar Negro y las democracias emergentes de Europa Oriental hasta los castillos encastrados en altas colinas en Alemania, y los campos de pastoreo holandeses. Los cruceros que navegan el alto Rin son muy apreciados porque pasan por viñedos que brotan sobre laderas de montañas, y ciudades adornadas por las agujas de catedrales; casi todos los cruceros por el Danubio comienzan o terminan en Viena, ciudad que fue recientemente distinguida como la mejor del mundo para vivir.
Mito Nº 9: el ‘todo incluido’ ya es historia
Los cruceros incluyen por lo general alojamiento, comidas, algunas bebidas y la mayoría de las actividades y los entretenimientos de a bordo. Es bastante lo que está incluido. Los tratamientos en spa, los restaurantes premium, las bebidas alcohólicas o especiales, las excursiones en tierra, las fotos de recuerdo, todo esto es adicional, como debe serlo.
Los paquetes que ofrecen la mayoría de las líneas con embarcaciones pequeñas y los herederos actuales de las líneas de lujo, como Seabourn, Silversea, Regent Seven Seas y Crystal, incluyen aún más cosas. En Alaskan Dream Cruises, no solo la cerveza y el vino de la cena son sin costo, también lo son las excursiones en tierra (y los equipos para el mal tiempo que necesitas para recorrer a pie el sudeste de Alaska). En Silversea, el precio incluye todas las opciones de cena, bebidas (incluso alcohólicas) y transporte al puerto.
Todas las quejas acerca del final de las buenas épocas de viajar en crucero con todo incluido son de gente que extraña los ya por suerte desaparecidos días de la barra libre en las embarcaciones corrientes. Pero ahora hay una nueva artimaña: recargos por barra libre en líneas como Celebrity y Oceania. Si pagas $49.95 al día, puedes beber todo el alcohol que desees del bar, durante todo el día, excepto la champaña de superlujo y otras bebidas similares.
Mito Nº 10: los cruceros son caldos se cultivo de enfermedades
En realidad, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, más del 80% de todos los brotes de enfermedades gastrointestinales y norovirus más comunes se producen en instituciones edificadas en tierra, como hogares de residencia asistida y escuelas.
En cuanto al otro supuesto peligro notorio de los cruceros, la enfermedad de los legionarios, los Centros estudiaron un período de seis meses correspondiente a 2003 y hallaron ocho casos (en total) de entre cientos de cruceros. Dos pacientes murieron; en un período similar de seis meses, casi un cuarto de millón de personas murieron como consecuencia de fumar.
En los cruceros de la actualidad se cuida mucho la higiene. Los pasajeros pasan por estaciones de desinfección cuando entran en cada uno de los comedores y baños Tomar un crucero no es más riesgoso para su salud que ir a un centro de compras, y probablemente lo sea menos.
Mito Nº 11: las tiendas son una maravilla
Aceptémoslo, las chucherías, los relojes, los adornos, los cuadros y las bebidas que se pueden encontrar en los cruceros no son más baratos ni de mejor calidad que los de cualquier tienda en tierra firme. Y lo mismo es cierto en el caso de los locales que se aglutinan en los muelles, como las innumerables tiendas de diamantes que han surgido en los lugares más absurdos, como en varios puertos de Alaska. Cerca de tu casa encontrarás mejores opciones. Viajar en crucero tiene muchas ventajas, pero ir de compras no es una de ellas.
Mito Nº 12: esta industria es dañina para el medio ambiente
Aquí necesitamos ver las cosas en perspectiva. Comparemos los cruceros con, digamos, los camiones. Es verdad que hasta hace no mucho tiempo, los cruceros eran negligentes en cuanto a cuestiones tales como la eliminación de desperdicios y el uso de la energía, pero esto está cambiando. Las líneas de crucero están adoptando, cada vez más, códigos de viaje sustentable que, por ejemplo, rigen las excursiones sobre tierra en el Ártico; Silversea, Holland America y Celebrity, junto con muchas otras empresas más pequeñas, se adhieren a ellos. Se fomenta enérgicamente el reciclaje a bordo de las embarcaciones, tanto grandes como pequeñas. Los métodos de eliminación de desperdicios han mejorado notablemente.
Mi ejemplo favorito, sin embargo, corresponde a Princess Cruises: hace 10 años, la empresa se asoció con Juneau para crear la primera unidad energética en tierra. Hoy en día, las embarcaciones de Princess que amarran en Juneau se enchufan (literalmente) a la red eléctrica de la ciudad y apagan sus motores diésel mientras están ancladas en el puerto. La línea tiene 10 unidades equipadas con este sistema, ha ayudado a otros cinco puertos a instalar los equipos y continúan ampliando el programa. En una década, Princess ha ahorrado así millones de galones de combustible diésel y ha evitado liberar a la atmósfera toneladas de contaminantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario