Algunos prefieren pagar seguro o multas antes que dejar sus propiedades a merced del estado.
María H. acudió a la agente de seguros de salud, Jacqueline Luna, para que le ayudara en el proceso de inscripción en “ Obamacare”.
Luna le explicó que, debido a sus ingresos, ella califica para Medi-Cal, el programa de cobertura de salud sin cuotas mensuales para las personas de bajos ingresos.
Pero había una cláusula que a María no le gustó: ella tendría que aceptar que el estado tiene el derecho a quedarse con su casa, para cubrir el costo de los servicios médicos que ella utilizaría mientras está bajo Medi-Cal.
Decidió entonces no inscribirse y dijo que mejor pagaría la multa el primer año.
Su esperanza es que sus ingresos se incrementen un poco en 2014 y que pueda obtener seguro médico privado a través de Covered California.
“He tenidos varios casos en los que las personas deciden mejor pagar la multa o pagar el monto completo del seguro médico porque temen que Medi-Cal se quede con la propiedad que han pagado durante toda su vida”, explicó Luna.
Las cifras actualizadas del Departamento de Servicios de Salud de California indican que hay más de 6.8 millones de personas inscritas en este programa estatal.
Dos millones de personas se han apuntado desde que inició el período de inscripción abierta, en octubre del año pasado.
Y otro millón de menores de edad fue transferido en enero de 2013, provenientes del programa Healthy Families.
Luna dijo que la forma en que operan los diferentes programas de seguro médico en California está obligando a agentes como ella, a separar a las familias: todos los menores de 18 años que calificarían para recibir subsidios federales en el intercambio de seguro (Covered California), están siendo transferidos automáticamente a Medi-Cal.
“Después de explicar las reglas de Medi-Cal, algunos padres me han dicho que están preocupados y que no quieren que sus hijos estén con Medi-Cal; me dicen que prefieren pagar una cuota mensual en lugar de estar preocupados por los cobros que puedan enfrentar en el futuro”, dijo Luna.
Según la ley, Medi-Cal no es un seguro de salud. Es un programa de beneficio público financiado por los contribuyentes, con la intención de proveer servicios médicos solo a las personas más necesitadas.
“Para maximizar los beneficios a la mayor cantidad de personas necesitadas, con la menor carga financiera posible para los contribuyentes, la ley requiere que el estado recupere la cantidad pagada con los bienes de los beneficiarios fallecidos y recicle los fondos colectados para pagar por más servicios de salud, para otras personas necesitadas”, explicó por escrito el representante de recuperación de deudas de California, Joshua Emenike, a Rafael Villagómez, un latino en pleito con la entidad.
El pasado 14 de marzo, La Opinión publicó la historia de Villagómez, quien recibió un cobro por más de 175 mil dólares. El Estado le está pidiendo que pague por los servicios médicos de su padre o que entregue la casa que este le dejó como herencia.
Villagómez tiene unas semanas para pagar la deuda o entregar la casa.
El promedio de los cobros de Medi-Cal es de 95,000 dólares y la cantidad que la entidad logra recuperar asciende, en promedio, a unos 15,000 dólares, según Lisa Gray, portavoz del Departamento de Servicios de Salud de California.
Pero otros no temen.
A María García, quien se inscribió a Medi-Cal en noviembre del año pasado, no le preocupa que el estado se quede con su casa.
“Si llegara a suceder, ¿qué importa una propiedad, si realmente necesito servicios médicos? Mis hijos son independientes y no necesitan mi casa.
Mientras que si me enfermo y necesito ir al hospital, nadie más me va a pagar los gastos del hospital”, dijo García.
Las personas sin propiedades a su nombre no tienen que pagar por los servicios de Medi-Cal.
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